sábado, 9 de noviembre de 2013

ERGE y HH

La hernia de hiato (HH) es una entidad anatómica muy frecuente, que afecta al 20% de la población y que consiste en que una parte más o menos amplia del estómago se introduce (o hernia) hacia la cavidad torácica a través del hiato diafragmático; el hiato diafragmático es el orificio natural a través del cuál el esófago abandona a cavidad torácica y pasa a ser estómago en la cavidad abdominal.
Curiosamiente, >50% de las personas que tienen HH no tienen ningún síntoma y no necesitan, por tanto, tratamiento. Pero son personas que predisponen a padecer ERGE.
La ERGE o Enfermedad por Reflujo Gastro-Esofágico se trata del paso del contenido gástrico desde el estómago al esófago debido a la alteración en los mecanismos de barrera a ese nivel. Esta acción puede irritar el esófago, causando acidez y otros síntomas.
No siempre se considera patológico, ya que el reflujo gastroesofágico se produce también en sujetos sanos. La diferencia estriba en que, en circunstancias normales, los episodios de reflujo tienen un carácter esporádico, el tiempo de contacto del ácido gástrico con la mucosa esofágica es breve, y la resistencia del esófago a los agentes agresivos está conservada. Cuando alguno de estos factores se altera, se produce la enfermedad por reflujo gastroesofágico, de tal forma que se define como reflujo patológico aquel que es capaz de producir síntomas o inflamación del esófago.
La enfermedad por reflujo gastroesofágico se produce cuando se desequilibra el balance entre los factores agresores y los factores defensivos de la mucosa esofágica. Por ello, las causas que favorecen el desarrollo de la enfermedad son múltiples.
Una de las causas más importantes y conocidas es la alteración a nivel del esfínter esofágico inferior, que es un anillo formado por  fibras musculares que rodea al esófago en su unión con el estómago y permanece cerrado impidiendo que el contenido del estómago vuelva de nuevo al esófago. Cuando el esfínter se altera, se relaja y no ejerce bien su función, el contenido estomacal refluye. Determinados fármacos y sustancias, como el alcohol, el chocolate o el tabaco, favorecen la relajación del esfínter y, por lo tanto, el reflujo.
Muchas veces, si todavía no existe alteración en el esófago y hay solo reflujo, este es asintomático. Pero si ya hay daño, uno de los síntomas más frecuentes del reflujo gastroesofágico es la pirosis, que consiste en una sensación de quemazón o dolor a nivel del esternón, que aumenta tras comidas abundantes y sobre todo en posición decúbito. También puede aparecer la regurgitación de un material agrio en la boca o dificultad para tragar. Las alteraciones respiratorias también son muy frecuentes, pudiendo aparecer tos nocturna, neumonías, bronquitis, asma crónica, etc. Asimismo, en el caso de que existan ulceraciones en la mucosa del esófago, podrían aparecer hemorragias.
La ERGE no es una enfermedad progresiva y la mayoría de los pacientes sin esofagitis, no presentarán nunca esta complicación. Si están tratados correctamente, suelen mejorar con el paso del tiempo y sólo una minoría tendrá complicaciones como la estenosis péptica o esófago de Barret.
Es uno de los trastornos digestivos más frecuentes, de hecho, diversos estudios demuestran que hasta el 15% de la población presenta síntomas de reflujo al menos una vez a la semana, y que alrededor del 7% lo sufren a diario.
Un saludo.
Fuentes:

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