jueves, 24 de octubre de 2013

El deportista y el alcohol

De todos los estudios que relacionan un consumo de alcohol con el rendimiento físico humano, el más difundido es el expuesto por el ACSM (American College of Sports Medicine). En él se exponía que:
  • La ingesta aguda de alcohol ejerce un efecto negativo sobre diversas destrezas psicomotrices como el tiempo de reacción o el equilibrio.
  • Puede alterar la regulación de temperatura durante la realización de un ejercicio prolongado en ambiente frío.
  • Podrá reducir la fuerza, la potencia, la resistencia muscular, la velocidad y el rendimiento cardiovascular.
  • Se ha estudiado que el consumo prolongado del alcohol puede provocar cambios patológicos en el hígado, pudiendo desarrollar una cirrosis.
  • Cambios patológicos en el cerebro, afectando a la actividad de las neuronas. 
  • Cambios patológicos en músculo facilitando la aparición de lesiones durante la intensa actividad física.
  • Además de en el corazón, que como ya se sabe, el alcohol es un vasodilatador que predispone al deportista a sufrir dolencias cardiovasculares, como arritmias o hipertensión.
El alcohol afecta al sistema nervioso provocando en un primer estadio euforia y pérdida del miedo, pero como droga depresora que es, éstos efectos acaban en fatiga física y puede que en agresividad.
El consumo de alcohol con los años, produce un daño neurológico irreversible, debido a la ralentización de las neuronas. Otro tipo de consecuencias sería el aumento de peso por la gran cantidad de calorías y las enfermedades asociadas que provocarían.

Como conclusión final decir que se han llevado a cabo muchos estudios relacionados con los efectos del consumo del alcohol sobre el funcionamiento y fisiológico en deportistas y el resultado más importante es el empeoramiento en el procesamiento de la información. El rendimiento se ve adversamente afectado, sobre todo en los deportes que requieren reacciones rápidas.

Fuentes:

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